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Los eternos enemigos son amigos

Energías creadoras y perversas equilibradas por la justicia

Los eternos enemigos son amigos: energías creadoras, energías perversas y el regreso al equilibrio

Enemigos eternos o aliados ocultos: descubre cómo las energías creadoras y perversas han coexistido desde el origen, cómo la criptocracia manipula el conflicto y de qué forma la justicia puede restaurar el equilibrio y transformar la división en armonía

Energías creadoras y perversas equilibradas por la justiciaEn el vasto tapiz del universo, las fuerzas que parecen oponerse son, en realidad, hilos entrelazados en un mismo telar. La luz y la sombra, el día y la noche, la creación y la destrucción: todas son expresiones de una misma energía que busca, incansable, el equilibrio perfecto.

La dualidad no es un accidente, sino el motor secreto que impulsa la danza cósmica, el pulso que sostiene la vida y la empuja hacia su plenitud.

Sin embargo, lo que en su origen fue un mecanismo sagrado para el crecimiento y la armonía, ha sido manipulado por manos invisibles.

Una criptocracia milenaria, conocedora de los resortes espirituales que mueven el alma humana, ha convertido la dualidad en un arma.

Allí donde debía florecer el amor como síntesis de opuestos, ha sembrado el miedo como muro infranqueable.

La estrategia es tan antigua como el tiempo: dividir para reinar. Ideologías enfrentadas, credos irreconciliables, banderas que ondean como espejismos de libertad… todo parte de un mismo guion escrito para mantener a la humanidad en un estado de guerra emocional perpetua.

Así, el motor espiritual que debía conducir a la unión se convierte en una rueda que gira sobre sí misma, desgastando a quienes la empujan.

Pero la historia no es un círculo cerrado.

La consciencia, como un río subterráneo, avanza silenciosa hasta encontrar su cauce.

el conocimiento intuitivo, la sabiduría popular y las tecnologías de la información actúan como fuerzas complementarias que atraviesan “el velo” del desconocimiento.El conocimiento intuitivo, la sabiduría popular y las tecnologías de la información han comenzado a perforar el velo.

Lo que antes era un secreto guardado en cámaras de poder, ahora se filtra en conversaciones, en miradas, en gestos de resistencia.

En este despertar, los eternos enemigos se revelan como actores de una misma obra, piezas de un tablero que, al ser comprendido, pierde su capacidad de manipular.

Y cuando la humanidad reconozca que la verdadera batalla no es entre bandos, sino contra la perversión que los enfrenta, el juicio será inevitable.

«Las élites y sus legiones obedientes que han programado el sufrimiento y el genocidio no podrán ocultarse tras sus máscaras»

Porque al final, la dualidad se disolverá en su propósito original: no la destrucción, sino la unión. Y en ese instante, los supuestos enemigos se abrazarán como viejos amigos que, tras una larga separación, recuerdan que siempre fueron parte de la misma luz.

El pulso de las energías

En el entramado del universo, las energías creadoras y las energías perversas coexisten desde el origen.

Las creadoras edifican, nutren y armonizan; las perversas distorsionan, confunden y buscan someter.

Esta tensión, concebida como motor de crecimiento y equilibrio, ha sido desviada por poderes ocultos para mantener a la humanidad atrapada en un ciclo de miedo y dependencia.

El miedo, cuidadosamente cultivado, se convierte en alimento para las energías perversas, que manipulan emociones y creencias para perpetuar su dominio.

Así, lo que debía ser un intercambio dinámico para el aprendizaje y la evolución, se transforma en un mecanismo de control.

Pero incluso bajo este velo de manipulación, la chispa creadora persiste, aguardando el momento de despertar.

Cada acto de conciencia y compasión debilita las cadenas invisibles que nos atan.

Y cuando la humanidad recuerde su origen, el pulso volverá a latir en armonía con el universo.

La manipulación de la dualidad

explica cómo la criptocracia distorsiona la dualidad natural entre energías creadoras y energías perversas.La criptocracia ha perfeccionado el arte de distorsionar la dualidad natural entre energías creadoras y perversas, convirtiéndola en un teatro de antagonismos irreconciliables.

Ideologías enfrentadas, narrativas excluyentes y conflictos interminables son herramientas para mantener a las personas divididas y emocionalmente vulnerables.

En lugar de permitir que la humanidad reconozca y transforme la influencia de las energías perversas, se la empuja a elegir bandos, a defender símbolos vacíos y a olvidar que el verdadero enemigo no es el otro, sino la manipulación que los enfrenta.

Ingeniería del miedo y división

Cuando la dualidad se manipula, la energía creadora se tuerce en miedo.

La confrontación se vuelve mercancía, la ideología, máscara, y el ciudadano, rehén de relatos que exigen lealtad a bandos en vez de lealtad a la verdad.

Allí donde la dualidad debía tender puentes, se levantan murallas.

Ejemplos de la historia contemporánea (dualidad perversa)

las energías perversas han manipulado la dualidad en distintos contextos históricos y tecnológicosGuerra Fría: el antagonismo como estrategia

El enfrentamiento entre bloques capitalista y comunista fue presentado como una lucha absoluta, pero en realidad ambos se beneficiaron de la existencia del otro. La tensión sirvió para justificar gastos militares, control social y expansión de influencias, mientras las energías perversas se alimentaban del miedo global.

Conflictos en Oriente Medio

Guerras y tensiones, alimentadas por intereses externos, han mantenido a la región en un estado de inestabilidad crónica. Las energías perversas han utilizado la división religiosa y étnica como combustible para perpetuar el caos y la dependencia.

Polarización política y digital

En la era de la información, las redes sociales y los medios masivos amplifican la confrontación. Algoritmos diseñados para maximizar la atención refuerzan la división, convirtiendo la interacción en un campo de batalla emocional donde las energías perversas prosperan.

La justicia como restauradora del equilibrio

La justicia es más que ley: es alquimia ética que transforma el caos en armoníaLa justicia es el mecanismo que devuelve a la humanidad el control sobre su destino.

No se limita a castigar, sino que busca restaurar el orden natural, donde las energías creadoras puedan florecer sin ser corrompidas por las perversas.

La justicia establece límites al poder, protege a los vulnerables y revela la verdad oculta tras las máscaras del engaño.

Cuando se aplica con integridad, la justicia desmantela las estructuras que sostienen a las energías perversas y abre el camino para que la humanidad recupere su soberanía espiritual y material.

La justicia no es una reacción: es una conciencia activa que disuelve el desequilibrio.

Es el pulso que armoniza la voluntad colectiva con el orden universal.

Su fuerza no reside en la imposición, sino en la coherencia con la verdad esencial.

Cuando se encarna en las instituciones y en los actos cotidianos, se convierte en medicina social.

Así, la justicia no solo repara: transforma, eleva y consagra el camino hacia la libertad interior.

Cuando la justicia reordena el mundo

  1. Justicia restaurativa comunitaria: espacios locales de diálogo y reparación permiten sanar vínculos rotos y reconstruir confianza desde abajo.
  2. Protección de testigos y víctimas: garantizar seguridad y dignidad a quienes denuncian es clave para romper pactos de silencio.
  3. Reforma institucional: transformar estructuras judiciales obsoletas permite que la justicia sea accesible, transparente y legítima.
  4. Justicia ambiental: reconocer el daño ecológico como crimen de las Industrias abre el camino hacia una reparación intergeneracional.
  5. Justicia de la mujer y disidencias: visibilizar y sancionar la violencia estructural contra mujeres y disidencias reordena el equilibrio social.
  6. Justicia anticipatoria: prevenir el daño antes de que ocurra es el signo más alto de una justicia que cuida y transforma.
  7. Y la justicia financiera: auditar a las élites económicas y cuestionar el rol de ciertos filántropos que acumulan poder como consecuencia de la usura, revela que la concentración de riqueza sin responsabilidad social también es una forma de violencia estructural que debe ser reparada.

La justicia como mecanismo de equilibrio

La justicia es la arquitectura que devuelve a la dualidad su propósito: reconciliar sin borrar las diferencias, ordenar el poder con límites, y transformar la herida en sabiduría compartida.

  • Justicia interior:
    • Verdad personal: reconocer sesgos, intereses y miedos para no ser peones de relatos ajenos.
    • Responsabilidad ética: alinear actos con valores, incluso cuando nadie mira.
    • Discernimiento: distinguir entre conflicto necesario y conflicto fabricado.
  • Justicia social e institucional:
    • Estado de derecho: leyes claras, iguales para todos, con jueces independientes.
    • Transparencia y control: acceso a información, auditorías públicas, trazabilidad del dinero y del lobby.
    • Protección a denunciantes y prensa libre: garantías reales para quien expone abusos de poder.
    • Regulación de plataformas: algoritmos auditables, combate a la desinformación sin censura arbitraria.
    • Educación cívica y mediática: ciudadanía capaz de verificar, deliberar y participar.
  • Justicia restaurativa y memoria:
    • Verdad colectiva: esclarecer hechos para que la herida no sea negada.
    • Reparación: material, simbólica y cultural a víctimas y comunidades.
    • Garantías de no repetición: reformas institucionales, formación y mecanismos de alerta temprana.
    • Ritos de memoria: espacios, relatos y fechas que recuerdan lo ocurrido para sostener el “nunca más”.

Hacia una humanidad consciente

El despertar colectivo implica reconocer la existencia de las energías perversas y su influencia, pero también la capacidad de las energías creadoras para transformar la realidad. La educación, la transparencia, la memoria histórica y la cooperación son herramientas esenciales para impedir que la manipulación vuelva a imponerse.

Cuando la justicia actúa y la consciencia se expande, los supuestos enemigos revelan su verdadera naturaleza: piezas de un mismo tablero que, al ser comprendido, pierde su capacidad de dividir. Así, los eternos enemigos se reconocen como aliados en la construcción de un nuevo equilibrio.

Palabras clave: energías creadoras, energías perversas, justicia, equilibrio, armonía, polarización, memoria, reparación, derechos humanos.

Fuente: Vicente Lacorzana y Microsoft Copilot

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