La recesión avanza: cierran empresas y se acorta la mecha de la bomba del desempleo
Los cierres de plantas de distintas firmas a lo largo del país potencian un estallido de desempleo que se considera inminente
La economía argentina continúa mostrando signos de recesión y el sector productivo es uno de los más golpeados. En las últimas horas, dos casos emblemáticos encendieron las alarmas: la metalúrgica Futura en Gualeguaychú, que anunció su cierre, y la láctea Verónica en Santa Fe, sumida en una grave crisis financiera y productiva que pone en jaque cientos de puestos de trabajo.
Empleo y pobreza en Argentina: cuánto piden de sueldo los que buscan trabajo
El panorama en Lácteos Verónica es desolador
Las tres plantas de la firma en Santa Fe —Clason, Lehmann y Suardi— permanecen paralizadas, sin producción ni ventas, mientras sus 700 trabajadores reclaman el pago de salarios adeudados.
Hasta la fecha, los 438 empleados de la compañía solo han recibido un 54% de sus haberes de abril, abonados en cuotas mínimas, profundizando la incertidumbre y la desesperación.
La protesta laboral se intensificó este lunes ante la falta de soluciones concretas.
Aunque la patronal sugirió un posible complemento de los sueldos entre el 2 y el 11 de junio, no hay compromisos claros sobre el pago de mayo ni el medio aguinaldo.
La situación no solo afecta a los trabajadores, sino que también erosiona la confianza de los tamberos, con una notoria pérdida de litros de leche que se refleja en una producción casi nula.
A pesar de la magnitud de la crisis, no se vislumbran señales de reestructuración
La empresa no ha planteado el cierre definitivo de plantas, la venta de activos o la búsqueda de financiamiento, lo que agrava la incertidumbre sobre el futuro de la compañía y, por ende, de sus empleados y proveedores.
En paralelo, la metalúrgica Futura, una de las industrias más reconocidas del Parque Industrial de Gualeguaychú, comunicó a sus 22 empleados la drástica decisión de cerrar sus puertas.
La empresa, que proveía soluciones metalúrgicas de alta calidad a nivel local, regional y global, adujo falta de ventas y pérdida de competitividad con los mercados externos como los motivos del cese de actividades.
La firma ofreció a sus trabajadores dos opciones de retiro voluntario, que implican un pago parcial de las indemnizaciones.
En caso de no aceptarlas, los empleados quedarán en condiciones de iniciar acciones legales para reclamar la totalidad de lo adeudado, un escenario que se repite en diversas industrias a lo largo y ancho del país.
El cierre de Futura es un duro golpe para la región, especialmente considerando su trayectoria. Fundada en 1974 como Futura Hnos. SRL, la empresa expandió su capacidad productiva en 1998 con una moderna planta de forja en Gualeguaychú.
A fines de mayo de este año, ya había despedido a once empleados en un intento por achicar costos y sobrevivir, pero la coyuntura económica terminó por sellar su destino.
El 0,123% de todos los accionistas controlan el 80% de 43.000 multinacionales
La crisis en el sector lácteo no es nueva
Lácteos Verónica arrastra problemas desde 2017, aunque durante la pandemia logró un repunte y procesar un millón de litros diarios, poniéndose al día con los sueldos.
Sin embargo, la recuperación fue efímera. Actualmente, solo la planta de Suardi opera a fasón, produciendo leche y suero en polvo, con volúmenes muy por debajo de su capacidad histórica.
La situación financiera de Verónica es crítica, con cheques rechazados por más de 800 millones de pesos en la última semana, principalmente destinados a tambos proveedores.
La extensión de los plazos de pago, de 30-45 a 90 días, ha generado una profunda desconfianza en el sector primario, que ve cómo sus ingresos se dilatan.
Este panorama se suma a la delicada situación de otras cooperativas, como Sancor en Sunchales, que sigue ahogada en deudas y a la espera de capitales salvadores.
La mirada está puesta en empresas como Adecoagro, controlada por el gigante de las criptomonedas Tether Investments, que ya ha adquirido activos de Sancor en el pasado y sigue de cerca su devenir.
Los cierres de Futura y la parálisis de Verónica son apenas la punta del iceberg de una crisis que amenaza con una ola de despidos y el desmantelamiento de parte de la industria nacional.
La falta de ventas, la pérdida de competitividad y la asfixia financiera se conjugan para crear un escenario de alta volatilidad y preocupación en el mercado laboral argentino.