5poder.org

Periodismo de Investigación

Advertisement

Esperando un desfibrilador tras sufrir dos paradas cardiacas

Esperando un desfibrilador tras sufrir dos paradas cardiacas

Un menor de Rota lleva un mes esperando un desfibrilador tras sufrir dos paradas cardiacas. Le han diagnosticado arritmias malignas, pero la burocracia está ralentizando que le pongan un desfibrilador automático

Esperando-un-desfibrilador-tras-sufrir-dos-paradas-cardiacas-300x169 Esperando un desfibrilador tras sufrir dos paradas cardiacas Asesinato masivo o Genocidio Causas de Muerte ConLaSaludNoSeJuega Criptocracia Enfermedad no transmisible (ENT) Eugenesia Ideologías dominantes Novus Ordo Seclorum Supranacionalidad vacunación La vida de Alejandro y su familia se paralizó el pasado 6 de abril. Este joven de 16 años procedente de Rota, sano, deportista y que nunca había tenido ningún problema grave de salud, se desplomó en el suelo en mitad de la calle tras sufrir dos paradas cardiacas.

«A mi hijo le dieron el pasado seis de abril dos paradas cardiacas y cayó muerto al suelo; lo reanimaron, pero lo trasladaron muy grave al hospital de Puerto Real», relata María Luisa, su madre, en conversación con THE OBJECTIVE.

«Desde ese día estamos ingresados en la UCI esperando»

En ese momento, en el hospital, le hicieron todo tipo de pruebas para intentar averiguar la causa de esos episodios tan graves. «Le diagnosticaron que tenía arritmias malignas, es decir, muerte súbita. Necesitaban ponerle un desfibrilador», explica la madre de Alejandro.

Para poder continuar con su vida, el joven necesita una operación y que le coloquen un DAI (desfibrilador automático implantable). Desde el Hospital de Puerto Real se han puesto en contacto con el de Cádiz, que es el que tiene que dar el consentimiento para solicitar el dispositivo.

«El dispositivo es un DAI Aurora, así se llama. Puerto Real mandó a Cádiz todo el papeleo para que diese el visto bueno para ponerle al niño el desfibrilador. Pero no dieron señales de vida. Hemos estado esperando un mes hasta que ayer (lunes) decidí hacerlo público por redes sociales», añade María Luisa. Desde ese momento todo cambió.

«Es cuando se ha empezado a mover la situación. Nos han trasladado hoy (ayer) a Cádiz y ya sabemos que los papeles han pasado de Cádiz a Sevilla. Ahora estamos esperando que Sevilla dé el consentimiento de instalación para que le pongan el DAI aquí en Cádiz», explica la madre del joven recién llegada al hospital.

Lentitud por burocracia

Por su parte, desde la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, aseguran a THE OBJECTIVE «que la estabilidad del paciente ha estado controlada en todo momento» e indican que «se ha seguido el trámite para esta intervención siguiendo el protocolo establecido».

Y es que la autorización para implantar un desfibrilador automático implantable (DAI) en los hospitales de nuestro país implica un proceso clínico y administrativo tedioso que varía según la comunidad autónoma y el centro hospitalario.

En el caso de Andalucía, en primer lugar el cardiólogo evalúa al paciente para determinar si cumple con las indicaciones clínicas para un DAI. Una vez indicada la necesidad del desfibrilador, el hospital inicia los trámites administrativos para su autorización y programación quirúrgica.

Este proceso incluye: validación por parte de la dirección médica, gestión de recursos y materiales necesarios y coordinación con el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para asegurar la disponibilidad del dispositivo.

Por no querer invertir dinero en lo que tienen que invertirlo

En esta ocasión, además, el Hospital de Puerto Real –donde inicialmente estaba ingresado Alejandro–, no tiene el servicio acreditado para este tipo de implantes, por lo que el joven ha tenido que ser trasladado al hospital de Cádiz, que a su vez tiene que mandar la documentación a Sevilla, que es donde se tiene que aprobar mandar el dispositivo.

Mientras, continúa la espera sin saber si el chico volverá a sufrir otro episodio. «Lo que estamos esperando es la orden y que lo intervengan, pero de momento no tenemos noticias ni nada», añade. Durante este mes de sufrimiento, aceptación y zozobra, la familia ha preguntado a todo el personal que ha ido atendiendo a su hijo el motivo de la tardanza.

«Por burocracia, por no querer invertir dinero en lo que tienen que invertirlo. Es pura burocracia, es lo que nos dicen los médicos, y mientras tanto la vida de mi hijo está en juego».

Fuente: https://theobjective.com/espana/andalucia/2025-05-07/menor-rota-desfibrilador-dos-paradas-cardiacas/

error

Coherencia Responsabilidad Cooperación