La historia de la relación entre Sigmund Freud y su sobrino estadounidense, Edward Bernays. Bernays inventó la profesión de relaciones públicas en la década de 1920 y fue la primera persona en tomar las ideas de Freud para manipular a las masas.

Mostró a las corporaciones estadounidenses cómo podían hacer que la gente quisiera cosas que no necesitaban al vincular sistemáticamente los bienes producidos en masa con sus deseos inconscientes.

Bernays fue uno de los principales arquitectos de las técnicas modernas de persuasión del consumidor masivo, utilizando todos los trucos del libro, desde el respaldo de celebridades y escandalosos trucos de relaciones públicas, hasta erotizar el automóvil.

Su golpe más notorio fue romper el tabú de que las mujeres fumaran al persuadirlas de que los cigarrillos eran un símbolo de independencia y libertad. Pero Bernays estaba convencido de que esto era más que una forma de vender bienes de consumo.

Era una nueva idea política de cómo controlar a las masas. Al satisfacer los deseos irracionales internos que su tío había identificado, las personas podían volverse felices y, por lo tanto, dóciles.

Fue el comienzo del yo que todo lo consume que ha llegado a dominar el mundo de hoy.